martes, 8 de junio de 2010

ARROZ CON POLLO

Volver a casa… algo tan simple y hasta automático se me hizo casi imposible, impensable, inaguantable. Me dejaba sin aliento el volver a la rutina del empleo, de la casa, de los niños, del matrimonio, cuchubales y desayunos, después de haber vivido tan sólo unas horas con él. Tengo once años de casada con el hombre casi perfecto: médico excelente, dedicado y trabajador, buen padre, buen esposo, buen hijo, devoto de la iglesia y me vine a enredar en esta porquería. Yo no sirvo para esto, para ser amante de un tipo, pero no sé cómo dejarlo. No puedo. Siempre he pensado que soy una persona coherente, práctica, lógica y ahora…ahora nada de eso, a mi edad vengo a actuar como una persona de 20 años. Ahora la pasión toma el control de mí como una bacteria de esas carnívoras que no dejan nada vivo; como aquellas películas de miedo en que alguna tipa está poseída por un demonio y ningún cura puede exorcizar.
No, yo no voy a dejar que esto me gane. Así que hice lo que siempre hago cuando los problemas me llegan al cuello: acudo y me revisto de mi gran amiga la negación y cuando me junté con las del cuchubal, hablé como siempre de la dieta, de la fulana que llegó a la clínica de mi marido, del carro nuevo que quería… mientras lo que verdaderamente tomaba mi mente cual rehén eran sus gemidos, sus palabras en la cama, su cuerpo, sus promesas falsas, mis ganas de volverlo a ver cuanto antes. El jueves que me tocó el turno de invitar a cenar a los compadres, hablamos de irnos de viaje, de la enfermedad de mi suegra, del nuevo grupo de la iglesia, pero yo estaba realmente en sus brazos disfrutando de nuevo de esa pasión enfermiza, del sexo insaciable, maquinando que mentira inventar la próxima semana para pasar aunque sea una hora más con él.
Y así fueron pasando las semanas, luego meses en que viví una doble vida – a veces asqueada, a veces orgullosa por amar a dos hombres a la vez- pues a estas alturas del partido sólo de eso estaba segura: de que amaba a mi marido y a mi amante por igual. ¡Claro que se puede amar a dos personas a la vez! Son tan diferentes entre sí y cada uno llenaba distintas necesidades; cada cual me hacía sentir especial a su modo y a todo esto yo ya había desarrollado un cuero del grueso del mundo. Nadie pudo tan siquiera adivinar lo que estaba yo viviendo, lo que estaba pensando, quién iba a pensar que la gran señorona era en verdad una vulgar amante experta en el arte de mentir…
Una tarde, después de otro encuentro mientras él tomaba una de las largas duchas de siempre, sonó su celular y se lo iba a llevar al baño pero de seguro toqué algún botón que no era y me encontré con unas fotos de una mujer desnuda, mucho más joven que yo, en mejor forma también. Por supuesto que lo confronté y le exigí que me dijera la verdad, que me explicara si me estaba siendo infiel –qué ironía- a lo que él contestó que sí, que él no tenía por qué darme explicaciones, que al fin y al cabo era increíble y hasta recomendable encamarse a una mujer que tuviera todo en su lugar, a la que no le colgara nada…
Lo que oí fue suficiente. Me vestí despacio, muy dignamente, el me decía que de seguro iba a volverlo a buscar, que todas lo hacían tarde o temprano, pero ya no le dije nada. Salí del motel e inmediatamente me decidí a volver a mi vida, a mi empleo, a mis hijos, mi matrimonio, mis cuchubales. Esto fue sólo un tropiezo, un error y de la misma forma en la que yo había decidido amarlo, de la misma forma me lo voy a quitar de la mente, del corazón, de la piel. A las dos semanas ya casi no pensaba en él, apenas se notaba la huella que dejó su piel sobre mi piel, ya me había desintoxicado de él cual adicción barata, poco a poco, paso a paso. Su aliento a fruta fresca y canela fue lo primero en irse, seguido de los planes locos para construir un futuro imposible, ya casi no sentía esos antojos de besarlo, de amarlo, de fundirme en él, con él.
La negación es un mecanismo de defensa muy fuerte y valioso para mí y logré que mi rutina regresara a su cauce, incluso estaba disfrutando de las pequeñas cosas como ir al gimnasio, al cine y hacer súper cada quincena.
-¿Cómo ha estado doñita? Hace ratos que no la veía, la miro muy bien-dijo la cajera
–Allí Mari, trabajando y viendo niños- le contesté.
-Péreme seño que este arroz no trae el precio- me dijo.
Arroz… ¿Arroz?...la palabra arroz se me metió en la cabeza como un martillazo, como una migraña instantánea…Arroz…Arroz con pollo…él me dijo que era su plato favorito…nunca tuve la oportunidad de cocinarlo para él, nunca la tendría…ya nunca lo iba a poder ver mientras dormía, nunca íbamos a tener aquel hijo del que hablamos tantas veces, ni iba a ser su mujer, no íbamos a tener peleas y reconciliaciones, altas ni bajas. Nada. Ahora sólo existía el olvido. Olvido… desamor… ésta sensación de tristeza mortal me envolvió, me atrapó, me atropelló, yo no pude pelear contra eso tan grande, no quise tal vez. Y fue así que en plena caja 11 de La Torre me derrumbé, me dejé vencer y mi llanto fluyó sin parar, con sollozos ahogados que me impedían respirar. La gente me rodeó –unos conocidos otros desconocidos- sólo alcanzaba a oír como en sueños -Ay, yo no sé qué le pasó, estábamos esperando un precio- dijo la cajera. Otra señora decía: “Ella es la esposa del doctorcito, hay que llamarlo”, pero la mayoría murmuraba que seguro estaba media loca. Y no hablé más con nadie desde ese día, ni con mi marido, ni con mis papás, ni con mis pobres hijos, ni mis amigas del cuchubal, ni los compadres, ni los psiquiatras. Y ésta historia de amor no la sabe nadie, más que él y yo este cuaderno que me dieron en la clínica para ver si puedo expresar mis sentimientos. Pero no me sale nada, sólo alcanzo a escribir una y otra vez mi receta para hacer Arroz con Pollo.

sábado, 8 de mayo de 2010

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE LONDY

Como preámbulo para quien no sepa quién es la Londy, es la joven y voluptuosa protagonista del escándalo de la Corte Suprema de Justicia, pues siendo simple asistente del Presidente de la CSJ (aquí conocido como el “pelón”), se la llevó a Brasil a un carísimo viaje de “trabajo” con gastos pagados, como traductora (¿!?!?) y ella muy hábilmente sudó hasta la última gota de su sueldo…pero en la cama y en la playa me imagino…

A mí me gusta trabajar. Pocas cosas me dan tanta satisfacción como tener un papel en las manos y darle vida en otro idioma, darle sentido, añadirle mi sazón personal. No quisiera pecar de soberbia y orgullosa (noooo ¡para nada!) pero ¡puchis! soy buena en lo que hago… tengo la experiencia, el conocimiento, la creatividad, la paciencia y dedicación necesarias para este oficio. Entonces ¿porqué no hay trabajo? Bueno, si hay pero no lo suficiente o no lo que uno quisiera, tampoco estoy para irme a un call center, a refundirme con 843 cerotes semi-adolescentes, talvez hace 20 años. Uno quisiera a veces un empleo como el de la famosa Londy, que lo lleve a uno a viajar por el mundo con gastos pagados, pero lo jodido es que como parte del plan de prestaciones tiene uno que encamarse al pelón libidinoso ese...Y allí está el problema, que en esta sociedad machista muchas veces (que conste que no estoy generalizando) tiene uno que ser media loba o loba completa para conseguir algo bueno y yo francamente ya no tengo ni la edad, ni el físico, ni la gana de andar conquistando el mundo laboral con la vagina en lugar de usar mi cabeza. Si uno a estas 4décadas va a una entrevista donde no lo conocen, se fijan en cosas como la senilidad (tradúzcalo a estado de los senos), la vitalidad (ganas y disposición de coger) y los conocimientos generales (pero de las posiciones del Kamasutra) en lugar de ver el CV. Que conste que en esas áreas también tengo mi certificación ISO 2010- 999 -sa´nigua- pero es solo para escalar posiciones con mi pareja. Bueno, como si fuera poco los “viejos” de mi edad o un poco más grandes solo se fijan en tipas de 25 a 30, no son como el Tiger Woods que a todo le entra. Yo creo que vengo a estar en el “range” de chochos de más de 65 años…¡¡qué consuelo!! Así es a veces el mundo laboral en este lado del trópico para las mujeres cuarentonas…para eso mejor sigo sudando parejo en el gimnasio, que el día que valga pisto la onza de sudor, ese día me patrocino yo sola un viaje a Brasil, sin necesidad de aguantar a ningún pelón.

viernes, 19 de febrero de 2010

El salto del Tiger

La escena del día: un Tiger Woods hecho polvo declarando a quien lo quiera oír que fue infiel, que fue toda su culpa, que pide perdón a su esposa, a su madre( de él pues), a sus fans, a los demás jugadores, a América, África y Oceanía, bueno hasta mi me pidió perdón pues.

Este tema da para desmenuzarlo como si fuera pechuga de pollo, así que vamos por partes.

¿De qué está TAN arrepentido Tiger Woods para pedir perdón públicamente?

¿De haberle dado vuelo a gusto a la hilacha durante años, con cuanta tipa quiso, de la forma que quiso? Noooo

Está arrepentido que lo hayan cachado, que se le haya desbaratado su harem, que ya no vaya a poder andar con las amantes tan tranquilamente como antes pues ahora ni la Elan ni la prensa lo van a dejar coger tranquilo. Por eso es que está llorando, no por nada más.

Otra poderosa razón para su llanto de cocodrilo es la cancelación de los millonarios contratos , que debo admitir que no sé porque se los cancelaron, pues nada tiene que ver una cosa con la otra y cual disco rayado repetía que le pedía perdón a los fans …WTF??? Que pida perdón a los fans si se inyectó drogas para jugar mejor o si hizo chanchuyo , pero que no pida perdón por haber decidió ser infiel a su mujer. Y es esta doble moral que me harta pues ¿qué tenemos que ver el resto de gente en sus aventuras de cama? Qué carajos me importa a mi si se voló a esta o a la otra junto con aquella…Sus amigos de seguro le movían la cola y lo tapaban y le daban palmadas en la espada. Los hombres de cualquier nacionalidad lo aplauden y admiran secretamente por haber sido tan cabrón y macho de haber tenido varias amantes a la vez; unas mujeres lo odiarán a muerte por lo que le hizo a la pobrecita Elan, comentando algo así como “tan chula la patoja, modelo y todo fíjese, con súper cuerpo y sin panza, ¡ay! no se que quieren los hombres”… It Takes two to tango, más de algo le ha de hacer falta a Elan. Otro grupo de mujeres secretamente ha de pensar “Ese Tiger sí que ha de ser buenote en la cama, la de mañas que ha de saber ese patojón…yo si me apuntaba para que me hiciera un hole in one…”

Por lo menos no apareció por allí la Elan, dándole apoyo cual esposa mártir a su esposo atribulado, acongojado, perseguido y dominado por demonios internos que de seguro lo obligaron a ser infiel… POR FAVOR…siempre he pensado (es mi opinión personal) que la persona que es infiel toma la decisión de serlo, no es como que vaya caminando por allí y me tropecé y ¡oops! de repente y sin saber cómo aparecí en la cama de alguien…

Terminó Kitty Woods (a estas alturas ya ni Tiger es) diciendo las únicas cosas coherentes de todo este asunto: que dejen en paz a su familia y que lo que pase es entre él y su esposa. No puedo estar más de acuerdo. Si ella decide perdonarlo será por dos razones: por amor a él y a sus hijos, o por pisto…imagínese chica cuenta de banco la que le va a tocar y con esos billetitos podrá olvidar y sanar el dolor ¿o no?

Ahora bien, supongamos que la escena fuera al revés…Elan tiene varios amantes y la cachan. Hombres y mujeres POR IGUAL la atacarían públicamente, tratada de +uta para arriba, le quitan los hijos, le cancelan las cuentas de banco, la echan a la calle, aquí si no hay tu derecho a disculpa pública, ni su justificación de “sex addict”, es +uta y ¡¡no se hable más!! Se quedaría sin su entrevista exclusiva con Oprah, sin su libro best-seller contando todos los detalles, sin sus fans diciéndole cuánto la admiran por haber tenido el “coraje” de salir en TV admitiendo sus infidelidades…

martes, 4 de agosto de 2009

LA VIDA TE DA SORPRESAS...SORPRESAS TE DA LA VIDA

Bueno, era un típico día en el gimnasio…los poporopos no dejaban de verse al espejo y de jugar a darse “nalgadas” entre ellos (lo que me hace dudar mucho acerca de sus preferencias, pero ese no es el tema ahorita); las viejas verdes de siempre coqueteaban con los patojos de siempre, esperanzadas en que talvez ese era el día en que caerían en sus garras… y las demás personas normales y mortales sudábamos a chorros.
De repente, toda la rutina diaria se vio súbitamente alterada con la entrada de una nueva socia: ¡¡¡La colombiana!!!
Mierda, como si yo necesitara ver ese mujeron delante de mi... nalgas: increíblemente grandes desafiando las leyes de la gravedad y de la naturaleza; las chiches: por el estilo, de diseño por supuesto, pues no se le movían ni un ápice al subirse a la maquina elíptica; panza: ¿¿cual panza?? la re-cerota literalmente tenia un hoyo donde se supone que debe estar la lonja tan común y normal en el resto de nosotras; la cara: a quien le importa la cara con ese cuerpo…
Todas –ojo que dije todas- las mujeres pusimos cara de circunstancia, hasta las que tenían los mejores cuerpos se les movió el piso ¿Quien necesita ese tipo de espectáculo? Pues si me pongo la mano en la conciencia, así haga 13467 abdominales al día y corra la maratón entera y haga pesas por el resto de mi vida, se que ¡no voy a tener un cuerpo así! Bueno, si me voy con el Dr. Rey de Beverly Hills, talvez me pueda ayudar en algo.
En cuanto a los hombres del gimnasio, pues no hay palabras para describir su reacción ante la dichosa colombiche: unos se arremolinaron a su alrededor; otros en su afán de llamar la atención le pusieron mas peso a las maquinas y ya mero se les salía la hernia del esfuerzo que hacían; otros creo que hasta soltaron un gritito de alegría pura por ver aquello. Yo por supuesto me acerque sigilosamente pues saben que soy hiper curiosa y yo no me iba a perder ese reality show. En el momento en que ella pregunto en tono aburrido que quien era entrenador para que la ayudara, en ese momento se desato el pandemonio: los entrenadores se empujaban y se metían zancadilla para llegar de primero…puta, cuando si cualquier vieja cualquier día de la semana esta tirada en el piso con calambre y una pesa de 1000 libras encima, ni un pedo le tiran!!!
Bueno, la niña empezó su rutina rodeada como de 5 chavos, uno encargado de quitar y poner peso, otro encargado del agua pura, este daba instrucciones y aquel se aseguraba que nadie mas se acercara. La tipa no esbozaba sonrisa, tenia cara de aburrida, acostumbrada al acoso y a las miradas y a la atención…en serio que no se inmutaba con nada…hasta que llegaron a traerla. Y ¿quien la fue a traer se pregunta usted? El mismísimo Pedro Navaja reencarnado: pistola al cinto, botas vaqueras, jeans ajustados, hebilla mas grande que la vida misma, una cadena de oro que me sacaría de pobre. La sorpresa que se llevo cuando vio aquella escena en la que participaba la dama a su cuidado…pero solo se rió, se acerco y le dijo: ¿Ya termino? Ella contesto –con la cara agachada- que ya estaba lista. Uno de los tipos, envalentonado talvez por su fornida figura, le pregunto a la chava si al día siguiente iba a regresar pues talvez podrían trabajar juntos…pero ella no contesto, en su lugar se oyó la voz de Pedro Navaja que decía al mismo tiempo que les repartía unas tarjetas de presentación: esta es la dirección donde ella trabaja y allí les pueden informar acerca de las tarifas que cobra…y dirigiéndose a ella le pregunto: ¿o ya les dijo usted cuanto cobra?
No había visto en mucho tiempo caras tan largas. Las de ellos pues deplano hicieron cálculos mentales y no les iba a alcanzar para el “colaso” y la de la pobre tipa al verse revelada su profesión.
Ahora la veo casi a diario haciendo su rutina ella sola - nadie la ayuda, nadie la acosa, nadie la rodea- con esa mirada de tristeza profunda grabada en sus ojos. He hablado con ella un par de veces (para pedirle tips, jaja), es buena gente, se que tiene una hija de la edad de la mía y por fin me pude fijar en su cara, es muy bonita.

martes, 16 de junio de 2009

FATHER FIGURE

Para mi una definición muy personal de un padre es la persona que luego de engendrar un hijo lo cuida, ama y se preocupa por su bienestar mental, físico y emocional. Bueno, a mi no me toco eso. Ni por asomo. En ese sentido solo tuve dolor, rencor, inestabilidad y nada, pero nada de amor. Pero…esas situaciones nos hacen ser quienes somos hoy y sobre todo la vida me compensó con creces con dos excelentes figuras paternas en mi vida: mi abuelo y el papa de mis hijos.
De los primeros recuerdos que tengo en la vida es la clase de amor que me tuvo hasta el último momento mi “papa Paco”. Su ternura y comprensión siempre presentes en mi niñez. El era la única persona que me podía controlar cuando era chiquita y berrinchuda (mi marido hubiera tenido que pedirle el secreto). Siempre me consintió y mi familia es testigo que a pesar que el siempre fue un hombre serio y bastante enojado, nunca (en serio que nunca) hubo de su parte un regaño para mi. De el aprendí muchas cosas: como hacer funcionar un carburador, como manejar en la lluvia, como martillar, como usar cada una de las herramientas -lo que a la fecha me fascina-, a apreciar las cosas sencillas de la vida, el amor por México, a nunca darme por vencida, a ser creativa para vencer los problemas (su frase favorita sacada de alguna película vieja era: “no hay nada que un oficial alemán no pueda hacer”).
Con el pasar de los años, se volvió mi cómplice en varias borracheras y escapadas que tuve con un par de amigas. Pobre mi viejito, nunca me dijo que no. Con orgullo puedo decir que junto con mi hermano, yo fui sus dos ojos, lo que me trajo mas de un problema con el resto de la familia. El supo siempre del amor que yo le tuve y no puedo olvidar como se emocionaba cuando yo le traía algún recuerdo de algún viaje, aunque fuera una tontería, el siempre alardeaba de lo que la “nena” le había regalado.
Desde que conocí a Gerardo pensé que iba a ser buen padre y no me equivoque. El se apega perfectamente a la descripción que doy de un padre. Es mas, en el me basé para poder hacer esa descripción. José Gerardo acaba de hacer un ensayo para el día del padre y me conmovió muchísimo ver cuanto lo ama, lo mucho que lo admira y no saben el gusto que me da saber que ellos tienen el padre que yo siempre quise para mi. Mis hijos saben (no creen, ni piensan, lo saben con certeza) que su papa los ama, los cuida, los protege y defiende, que daría la vida por ellos y por la familia.
¿Que tienen en común mi papa y Gerardo? Los dos me aman, yo los amo a los dos y al final de cada día el olor de sus camisas es el mismo y es el abrazo de ellos donde me gusta refugiarme y sentirme protegida, pero este año solo tendré el abrazo de mi marido…Que Dios los bendiga a los dos y les recompense por tanto amor!!

miércoles, 3 de junio de 2009

120 GIGAS

Ayer me regañaron porque mi compu tenia muy poca memoria, o memoria muy corta o como se diga. Eso me llevo a pensar que menos mal los humanos no somos así -bueno…algunos al menos-pues no necesitamos que nos metan una memoria mas grande para poder almacenar recuerdos, eventos y personas. Claro que con el asunto de la edad el Alzheimer ataca sin piedad, pero hay momentos que nadie nos puede arrancar de la memoria. Ahora estoy engasada oyendo un disco de Fito Páez y dice en una canción: “Hay recuerdos que no voy a borrar, personas que no voy a olvidar, hay aromas que me quiero llevar, silencios que prefiero callar”.
Y eso es justo lo que yo decido: quedarme con los buenos momentos, los buenos recuerdos de todas las personas que me importan. Los malos recuerdos, las malas experiencias…esas que se queden en hold, no olvidadas, solo en pausa, pues aprendemos de los errores y experiencias negativas. Pero…¿para que me voy a amargar y concentrarme solo en las cosas negativas? Con que fin voy a ir almacenando y guardando cajas pesadas cargadas de odio, amargura, rencor. No puedo gastar mi energía en eso, me quemaría inevitablemente pues esa carga pesada si que puede llegar a llenar el disco duro de mi memoria y no dejar espacio para lo que verdaderamente vale la pena.
Personalmente, me molesta mucho la gente “desmemoriada”, eso raya en ser malagradecidos y para mi ese es el peor defecto que alguien puede tener, pues si soy malagradecida…¡¡uy!! Se puede esperar cualquier cosa mala de mí. No puedo (ni quiero) ir por la vida olvidando lo que la gente ha hecho por mi, el cariño y amor que me han dado, la amistad que me han brindado, la ayuda recibida, las risas compartidas, los buenos momentos disfrutados.
Vos que estas leyendo esto, (si, vos!):
¿Te acordas de las veces que nos hemos cagado de la risa?
¿De las veces que hemos querido componer a los demás?
¿Cuando fuimos cómplices de aquella travesura?
¿De las veces que me he quejado con vos?
¿De las alegrías que te he compartido? Bueno, puede que sea tarde, pero hoy te digo: ¡¡GRACIAS!! Oficialmente formas parte de mi memoria, de mi corazón y de mi vida y te garantizo que tengo mas de 120 Gigas.

miércoles, 6 de mayo de 2009

THE MOTHER OF ALL JOBS

Ser madre…uuufff!!! Que bonito sentimiento. No quiero parecer un cliché y decir que es lo mejor que me ha pasado en la vida…pero si, así es.
Ser madre (y padre) es algo dulce-amargo, pues los hijos le dan a uno las mayores alegrías, las más lindas satisfacciones, pero de igual forma los dolores o angustias mas fuertes nos vienen de verlos sufrir a ellos.
Pero en este Día de la Madre, no quiero hablar de las madres convencionales, sino de las extraordinarias: aquellas que son madres solas, solteras, viudas, divorciadas -como sea- pero que sacan a sus hijos adelante, lo hacen bien y lo hacen solas.
Las que tenemos la dicha de tener un buen esposo y padre a nuestro lado, podemos entender fácilmente lo que significaría estar solas: tener que levantarnos de madrugada, dejar casa arreglada, llevar niños al colegio, ir a trabajar, regresar de trabajar, ayudar con las tareas, lavar ropa, cocinar, tratar de descansar y así día a día, se pasan los meses y los años y la vida.
Eso sin mencionar cuando los hijos se enferman y hay que faltar al trabajo, no solo esta la angustia de sus hijos, sino que se estresan porque las pueden despedir…y entre problemas y satisfacciones, van dejando vida, sueños, juventud con tal de sacar a sus hijos adelante. Y no me dejarán mentir, pero la gran mayoría de hijos de madres solas, son los mejores hijos, con valores mas fuertes, con carácter sólido, con una percepción mas real de la vida porque han recibido y han sido testigos de primera mano del amor incondicional, sin egoísmos y sobrenatural que conlleva el ser madre soltera.
Y ser madre es un trabajo que termina hasta el día de nuestra muerte –sin ganas de ser dramática- pues el amor de madre hace que nos preocupemos de los hijos siempre, sean de dos años o de sesenta. Firmemente creo que el vínculo de las madres con los hijos no se acaba ni con la muerte misma, ese amor tan denso, tan fuerte, tan entrañable que les tenemos a los hijos no puede ser vencido por algo tan “simple” como la muerte.
Hoy quiero darle gracias a Dios por permitirme ser madre de dos hijos maravillosos y ante todo por haberme dado la madre que me dio: fuerte, trabajadora, incansable…sola. Quien sabe los sueños que tuvo que dejar de lado por sacarnos adelante a mi hermano y a mí… ¿Bastará un simple gracias?